Sábado 15 de Mayo, nos despedimos de Los Ángeles por la mañana, tomamos un vuelo de casi 12 horas. Este fue un día muy extraño, salimos de Los Ángeles el sábado a las 10am y llegamos a Tokio a las 16hr, pero del Domingo!!! Perdimos un día completo y estábamos al otro lado del planeta. Durante 4 o 5 días estuvimos con las horas cambiadas, nos despertábamos a las 5 de la mañana, al mediodía no teníamos hambre y cosas por el estilo.
Al llegar al aeropuerto ya se notaba la diferencia con occidente, carteles con una tipografía totalmente distinta donde es imposible descifrar algo, el personal de migración estaba con su uniforme en perfecto estado, de guantes blancos y tapabocas y su ingles era difícil de entender. Ya nos preparábamos para conocer un país muy diferente, con otras costumbres, otra historia, otra gente, y una arquitectura muy rica. Las expectativas eran muchas así como también incertidumbre por lo que nos encontraríamos.
El tren es el transporte por excelencia en Japón, posee una de las más grandes redes ferroviarias del mundo. Combina trenes de diferentes velocidades, desde el subte hasta la red mas rápida, el Shinkansen (tren bala como es conocido en occidente, pero la traducción al japonés es “rama troncal” por que une todo el país, desde el norte hasta el sur). Al salir de Montevideo ya teníamos comprado nuestro pase de tren valido por 15 días, llamado Japan Rail Pass, con el nos moveríamos dentro de cada ciudad en tren común y de una ciudad a otra en el tren bala (su costo es de u$s500, así que teníamos que hacerlo rendir).
La llegada al hotel fue un poco difícil. Tuvimos que tomar 3 trenes, y caminar unos 15min con todo el equipaje. Todas las calles no tienen nombren, solo se indican las vías más importantes y no existe la manzana tradicional a la que estamos acostumbrados, las calles son muy sinuosas y laberínticas y para indicar una dirección utilizan una codificación de números combinada con el nombre del barrio (similar a la que se utiliza en nuestro país de manzana y solar). Nuestro hotel se ubicaba en una zona residencial alejada del centro de Tokio, el barrio se llamaba Minami-senju y nuestro hotel era el Juyoh, allí nos esperaba una habitación individual al estilo japonés, tatami en el suelo y kimono en un espacio muy reducido pero no le faltaba nada, disponíamos de AC, frigo bar y tv.
El lunes por la mañana salimos con todo el grupo de viaje a conocer un barrio llamado Ginza, en donde se encuentra el Foro de Tokio de Rafael Viñoly, una obra que lo dio a conocer en el resto del mundo. Desde ahí caminamos hasta otros edificios interesantes, la mayoría de marcas de ropa y joyas muy famosas que se destacan por su arquitectura así como por la forma en que exhiben lo que venden.
Caminamos bastante rato hasta llegar al lugar donde se encuentra un edificio muy importante de Tokyo, un edificio de viviendas de la década del 70. La torre Nagakin surge como respuesta a la reconstrucción de Tokio luego de la guerra (el 98% de edificios y viviendas se encontraban destruidos) A este movimiento se los llamo Metabolista y Kisho Kurokawa fue su fundador. Ahora se encuentra en un estado muy deteriorado y hace unos años se intento derribarla, pero se ha convertido en un icono para la ciudad.
Desde allí tomamos un tren hacia Takeshita Dori, una peatonal abierta de comercio adolescente, su característica es la presencia de jóvenes vestidos de manera un poco extraña para nosotros, se visten de forma muy extravagante con atuendos un tanto infantiles. Cerca de allí está la avenida Omotesando, es similar a la 5ª avenida en New York pero en un entorno muy diferente, con mucha vegetación, con centros comerciales y tiendas de renombre.
El día termino en Shibuya, este lugar es muy famoso por su cruce, uno de los más congestionados del mundo. Los semáforos permiten cruzar a los peatones en 6 sentidos inundando toda la calle, lo asombroso es el orden con el que lo hacen los japoneses, nadie te empuja ni te chocas de frente con otra persona, es increíble! Nuestro grupo le dio el toque uruguayo y le rompimos el esquema a los japoneses, cruzamos todo el grupo junto (unas 100 personas) y a la mitad del cruce nos sentamos todos juntos en medio de la calle, no lo podían creer!!! Nos filmaban y sacaban fotos, en ese momento nosotros éramos lo diferente. En los edificios que se encuentran frente al cruce hay tres pantallas gigantes, todo el entorno se asemeja a Time Square.
Como se imaginaran la agenda era intensa, la estadía en Tokio la disfrutamos muchísimo. Todos los días fueron de madrugones para poder estar temprano sobre el tren y que el día rindiera, caminamos muchísimo, intentamos fotografiar todo lo que podría resumir esta ciudad.
La estadía en Tokio fue de 7 días, los primeros 3 fueron dedicados únicamente para esta ciudad y el resto nos trasladamos hacia ciudades satélites que se encontraban en un radio de entre 200 y 400km.
Es imposible resumir todo lo que fue esta primer semana en Japón, podríamos hablar de cientos de lugares pero los aburriríamos.
Lo más impresionante es lo que aprovechan el espacio! Vimos plantaciones de arroz hasta debajo de las autopistas o a los lados de la vía del tren. Cada rinconcito de la ciudad tiene un uso y esto se debe a que el 85% del suelo son montanas abruptas e inhabitables, por lo que el 40% de su población se concentra en las planicies costeras del Pacifico y esto representa el 1% de su territorio!!!! Esto da como resultado una de las mayores densidades de población del mundo, otro dato, su población es de 127 millones de habitantes.
A primera vista todo parece caótico y desordenado, pero en realidad todo funciona como un relojito.
Japón es vida y naturaleza, alegría y color, velocidad y vértigo! Es aprovechado cada rinconcito de la ciudad para tener una planta o flores, inclusive hasta para plantar alimentos.
La gente es de lo más amable que hemos conocido! Son personas muy alegres y super respetuosas.
Son muy orgullosos de su cultura y se mostraron curiosos por conocer la nuestra.
domingo, 4 de julio de 2010
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